Editoriales

Obtener información secreta mediante el sexo, o "trampa de miel"

Un asesor de defensa estadounidense, de 59 años, oficial de la reserva del ejército de los Estados Unidos y con autorización de acceso a altos secretos fue arrestado el pasado 15 de Marzo en Honolulu, Hawai, acusado de espionaje.

El acusado, Benjamin Bishop, había comenzado una relación con una mujer de nacionalidad china, de 27 años de edad, que había conocido en una conferencia de defensa y a quien al parecer había comenzado a proporcionar información clasificada sobre armamento nuclear estadounidense, misiles de defensa, sistemas de radar y planes de guerra. La exótica novia oriental estaba en el país con un visado de estudiante y según fuentes oficiales se sabía que frecuentaba conferencias como en la que Bishop cayó enredado en la llamada “trampa de miel” (del inglés “honey trap”).

Pero ¿es esta mujer una espía? Las autoridades estadounidenses aún no la han detenido, ni han revelado su identidad y aunque todavía no hay una acusación formal contra ella un oficial del departamento de justicia ha declarado que conocen perfectamente su ubicación y que continúan investigando su papel en esta historia, digna de una película de James Bond o de una novela de Graham Greene.

Es sabido que los chinos a menudo usan el sexo para obtener secretos de naciones extrajeras. Por lo general la “trampa de miel” es utilizada en el espionaje para chantajear a la victima que intenta a toda costa evitar un escándalo sexual. Por ejemplo, hace cuatro años, algunos funcionarios del gobierno taiwanés fueron atraídos a una zona de prostitución china y fueron secretamente grabados en vídeo en situaciones más que comprometidas, por lo que pudieron ser fácilmente chantajeados viéndose obligados a espiar para China.

Se dice que los chinos y los rusos han estado realizando este tipo de actividades durante años aunque a veces esta práctica puede resultar contraproducente. Hace siete años, por ejemplo, el jefe de la sección de comunicaciones encriptadas del consulado de Japón en Shangai estaba siendo presionado por agentes chinos para entregar información sensible, o de lo contrario sacarían a la luz las actividades sexuales con las que le hicieron morder el anzuelo. El diplomático japonés finalmente se suicidó en lugar de revelar información, no sin antes alertar a sus superiores. Hacer que la víctima se suicide antes de conseguir que coopere es siempre un riesgo cuando se lleva a cabo una trampa de miel.

El chantaje, por tanto, es el uso preferido que se da a esta técnica del tarro de miel, aunque si la agente femenina puede establecer una relación duradera es posible obtener más información y finalmente siempre se puede echar mano de la extorsión.

Pero los agentes que sirven de cebo en este tipo de práctica no son siempre mujeres. A veces los agentes masculinos seducen a mujeres que tienen acceso a datos secretos y pueden establecer una relación a largo plazo para obtener un suministro constante de material. Los rusos utilizaron este sistema frecuentemente durante la Guerra Fría, sobre todo en Europa Occidental.

Volviendo al caso de Benjamin Bishop, su autorización de acceso a datos de seguridad le obligaba a informar a sus superiores de sus relaciones con extranjeros pero deliberadamente ocultó su idilio con la estudiante china. Bishop estuvo casado hasta el año pasado, según documentos del estado de Utah, pero su mujer hasta el momento no ha querido realizar comentarios sobre el caso. Su vecina, Sandra Doyle, dijo que estaba claro que Bishop estaba teniendo una aventura con una mujer china antes de su divorcio y que todos los vecinos sabían que trabajaba para el gobierno aunque desconocían el cargo exacto que ocupaba.

El norteamericano y la mujer oriental comenzaron una relación íntima, romántica, en junio de 2011, según la declaración jurada. En ese momento, Benjamin Bishop estaba trabajando en una oficina de Comando del Pacífico que desarrolla planes para detener a potenciales adversarios de Estados Unidos, de acuerdo con su perfil en linea de LinkedIn.

Aunque todos los agentes de inteligencia de Estados Unidos reciben advertencias y cursos sobre este tipo de prácticas de espionaje todo apunta a que Bishop se sintió irremediablemente atraído por la miel del tarro.

Editorial Segurpress.com